Más allá de ser un sello o una atractiva imagen gráfica, un logotipo es un elemento característico de la personalidad corporativa de una marca. Se trata de esa parte esencial que determina la identidad visual del negocio y que debe transmitir su filosofía para conseguir posicionarse en la mente de los usuarios.
Sus objetivos son claros: inspirar confianza y ganar reconocimiento. Es a través de este que el público identifica la empresa, sus productos o servicios, por lo que su diseño debe ser coherente y funcional de acuerdo a las actividades del negocio.
También ha de ser creativo, original y de buena calidad que, aparte de ser un signo de identificación y la primera impresión de una empresa, consiga desmarcarse de la competencia. De esta manera, busca mantener una buena percepción de la marca en los clientes, influir en sus decisiones de compra y en la actitud que tienen hacia el producto.
Para esto, es importante determinar qué tipo de logo diseñar y tener en cuenta ciertos aspectos clave que ayudan a diseñar un logotipo ideal.
Principales características de un logotipo
A la hora de crear un logotipo es necesario contar con un diseñador profesional que capte la identidad corporativa de la empresa y pueda plasmarla en un símbolo. Sin embargo, este puede tener varias formas antes de aprobar la imagen gráfica definitiva de la organización.
Y es que no solo se trata de hacer un logo, sino de reflejar la misión, visión y los valores que se quieren comunicar. Por esto, es fundamental evaluar desde el inicio la formación de la marca, es decir si tiene un naming adecuado y también si el color, la forma y la tipografía crean un concepto y personalidad propia.
Entre las características más importantes que debe tener está su forma, por lo que inicialmente se generan varias propuestas y se diseñan los primeros bocetos. Después es necesario definir el estilo de la tipografía y símbolos gráficos según el tipo para añadir el color que mejor se identifique con la marca.
También se pueden incluir recursos gráficos adicionales como tramas y membretes, que son muy funcionales para la papelería y la digitalización de elementos.
Finalmente, todo lo definido se tiene que documentar en un manual en el que se consideren los tamaños máximos y mínimos, las versiones en positivo y negativo y otras características indispensables para el uso correcto.
Tipo de logos según la representación visual
Existen varios tipos de logos que pueden representarse con un icono, un texto o la combinación de ambos. Lo importante es crear el logo perfecto según la filosofía de la empresa.
Por esto, es necesario utilizar líneas, formas, colores y una tipografía que se adapte a la imagen de lo que se quiere transmitir, con combinaciones que promuevan la cercanía al cliente y produzcan sensaciones positivas para conseguir su fidelización.
Los tipos de logos que se pueden diseñar son:
- Logotipo: en el que se representa gráficamente una marca solo con letras. La tipografía define la empresa o el producto.
- Imagotipo: que refleja un figura pictográfica y un elemento textual. En el que las letras del texto deben ser legibles y el signo gráfico no. Se encuentran separados uno del otro.
- Isotipo: es solo una imagen visual, no contiene texto. Es un emblema muy peculiar que se reconoce a simple vista. Sintetiza visualmente quien es la empresa. Se puede utilizar un anagrama, un monograma, siglas, etc.
- Isologo: corresponde a una figura pictográfica y un componente textual dentro de una misma imagen. Se encuentran fundidos entre sí.
Aspectos a tener en cuenta en el diseño del logo
Diseñar un logotipo no siempre es tan sencillo y rápido. De hecho la mayoría requiere de tiempo y diferentes versiones para captar la esencia de la marca y expresar los valores de la organización.
El logotipo es parte fundamental de los objetivos del marketing, añade valor al proceso comercial y despierta interés por la gestión de la empresa.
Su finalidad es dar una buena impresión y dejar un buen recuerdo en el público objetivo, con lo que es posible conseguir que se sienta atraído por la imagen y consiga una percepción psicológica con cada uno de los elementos que lo conforman.
Es otras palabras, el logotipo debe ser capaz de hablar por la marca. Por esto, se debe crear un logo que funcione bien, que enlace a la empresa y que las personas lo recuerden. Para eso, se deben tener en cuenta algunos aspectos clave a la hora de su desarrollo.
Simplicidad de estilo
No es un secreto que los mejores logos tienen como elemento principal la simplicidad. Y este un aspecto muy funcional que ha sido aprovechado por las grandes corporaciones. Se trata de crear un logotipo simple, sencillo y que hable por sí mismo.
Esto hace que sea más fácil de recordar y que produzca un impacto visual atractivo pero no agresivo. Para analizar esta propiedad solo es necesario pensar en las piezas que tiene el logo y cuántas de ellas pueden estar en movimiento.
Si es un cuerpo sólido es más fácil de ver y procesar por el target, es decir lo digiere rápidamente como un elemento estético.
Las grandes marcas como Apple, Nike, IBM, Coca-Cola, Google, IKEA han apostado por añadir esta propiedad en sus logos. Y es que ¿quién no se acuerda de la manzana mordida de Apple o de la palomita de Nike? son imágenes que no se olvidan, incluso si el público no es usuario de estas marcas siempre lo recuerda.
Para lograr la simplicidad es necesario:
- Usar como máximo 3 colores que se identifiquen con la organización, al tener más de tres colores produce un efecto visual que puede llegar a ser agresivo y desordenado.
- Debe contener estrictamente lo necesario para evitar que se sobrecargue la imagen.
- Con una tipografía que sea fácil de leer, ya que esto ayuda a que sea digerible y entendible.
- No usar efectos degradados o sombras paralelas en la forma original. Si son requeridos algunos reflejos o su presentación en 3D pueden adaptarse más adelante, sobre todo para usarlos en los sitios web.
Consistencia con el mensaje organizacional
El logotipo comunica quién es la empresa y cuál es su gestión. Por esta razón, debe asegurar un diseño consistente con el mensaje que trasmite la organización. Al principio se puede crear un logo que esté identificado con las metas iniciales de la empresa o que comunique cuál es su función en el mercado.
Sin embargo, a medida que esta crece y se posiciona, el logo puede variar o renovarse según su concepto, es decir expresar un imagen más firme y con metas más actualizadas y adaptadas al marketing.
Un ejemplo de ello es Apple, en sus comienzos su logo reflejaba una manzana multicolor que hacia ver a la marca como una nueva empresa de espíritu libre frente a los gigantes del mercado.
Hoy, es una de las más exitosas en el sector y al decidir renovar su logo con una imagen ya futurista, lo hace más ligero y amigable. Su concepto: "somos tecnología, pero amigable y fácil de usar"
Todo logotipo debe expresar a simple vista el mensaje corporativo, con una definición clara basada en el mensaje que quiere hacer llegar a su target.
Una imagen memorable
Simplemente se trata de diseñar un logo que sea fácil de memorizar por los usuarios. Con esto no solo se consigue la fidelización del cliente, sino que este atrae a más público por recomendación del producto o servicio ofrecido.
Si el logo de Apple solo reflejara una manzana se puede pensar que es más fácil de procesar ¿quién no ha visto, tocado o comido una manzana? Pero esto la hace más difícil de recordar y asociar para el cliente, ya que es igual a muchos elementos que han visto reflejados en otras cosas o productos.
Sin embargo, la manzana de Apple está mordida y ese detalle la hace única y particular, forma en el cliente un grado de curiosidad con el que la recuerda siempre y la asocia como una de las empresas mejores posicionadas en tecnología.
Es decir, para que la imagen sea memorable debe tener un detalle diferente o inesperado, esto es clave para sobresalir de la competencia.
Que sea increíble y con significado
Para hacer un logotipo que los usuarios vean como increíble o extraordinario es necesario que tenga concepto. Es un aspecto que ayuda a diferenciarse dentro de un mercado competitivo.
Aunque, un logo tan extraordinario inicialmente puede ser un riesgo por el gran impacto que causa y la posibilidad de no entender su grandeza. Sin embargo, si tiene un concepto definido y acorde con los objetivos de la organización, capta la atención de los usuarios y consigue su reconocimiento.
Un buen ejemplo es el motor de búsqueda de talentos TalentBin. Su logo consiste en una imagen de una ardilla morada sobre un unicornio, totalmente extravagante. Su significado: una ardilla morada es muy difícil de encontrar en la industria del reclutamiento?. Con esto, la empresa trasmite su mensaje, solo busca talentos extraordinarios.
Arriesgarse con un diseño de logo increíble es una estrategia de éxito siempre que tenga una conceptualización enfocada a las actividades de la marca.
Es importante que sea atemporal
Una de las claves principales de un buen logotipo es que perdure en el tiempo. Es decir, que sirva hoy y dentro de 20 años. Por lo que, en su diseño debe tener elementos que no pasen de moda y que se puedan reconocer a medida que la marca crece y se fortalece.
Si se incluyen componentes que estén de moda a la hora de diseñarlo es muy posible que en pocos años los consumidores no recuerden su significado y esto desfavorece a la marca, ya que en breve va a tener un logo obsoleto.
Un caso exitoso, es el logo de I love New York que refleja con un corazón la palabra love y con las siglas NY a la ciudad.
La intención era promover el turismo de la ciudad en el año 1977 y se quedó, con el tiempo, grabado en la mente de las personas hasta convertirse en una marca representativa de New York usada hoy por muchos diseñadores de moda.
Que apueste por la versatilidad y la evolución
Todo logotipo debe tener validez en cualquier formato o tipo de soporte. Esto quiere decir, que debe funcionar en plataformas digitales, en elementos físicos impresos, bordado en un polo, en cualquier sitio web, en todas las redes sociales, etc.
Para esto, es fundamental hacerlo vectorial, lo que permite re-escalarlo en cualquier tamaño sin que pierda su calidad y que pueda evolucionar. Es importante no insertar imágenes rasterizadas, esto genera problemas para ampliar el logotipo.
También, debe funcionar así se cambien sus dimensiones, mantener su calidad en blanco y negro para efectos de publicidad, o en caso de invertir los colores por una estrategia de marketing.
Un ejemplo muy famoso es el logo de Coca-Cola, que se lee de la misma manera en cualquier formato, y desde 1886 hasta el 2009 ha evolucionado 11 veces con diferentes diseños, pero en su mayoría ha mantenido su estilo de letra y es legible tanto en su color característico rojo, como en blanco y negro.
Debe ser apropiado
Aunque parezca obvio, el logotipo debe corresponder al naming, a la identidad corporativa, al producto o servicio y a las funciones de la empresa. Esto se consigue al pensar en el público al que va dirigido y lo que se le va a comunicar con solo ver el logo.
Un ejemplo muy común y universal, son las figuras de hombre y mujer en los baños públicos, aunque no es un logo de una marca especifica comercial si representa la función que tiene el servicio. Los usuarios con el hecho de ver la figura de una mujer en la puerta saben que se trata del baño de damas, lo mismo ocurre con el de caballeros.
Otro ejemplo es el logo del famoso Arlington Pediatric Center (APC) que tiene una figura adulta y una infantil dispuestas de una forma que se leen las siglas APC, esta configuración representa la confianza que una madre pone en el centro de pediatría para cuidar de la salud de su hijo.
Que sea único e inteligente
La imagen gráfica de una organización debe destacarse del resto de la competencia. Aunque al inicio se pueden ver ejemplo de los logotipos de las empresas que hay en el mercado con objetivos y funciones similares, esto no quiere decir que se deba imitar.
En caso de que se tenga duda de la originalidad del diseño existen webs en los que se puede identificar un plagio.
Por esto, es importante apostar por la creatividad y hacer un diseño único e inteligente que no necesariamente sea evidente o elemental como la mayoría del sector. Por ejemplo, el logo de Mercedes Benz no es un coche, el de Lacoste no es una camiseta, y el de Apple no representa un ordenador.
Con los colores adecuados
Este es un aspecto que habla de la personalidad de la marca. Los colores brillantes, llamativos y audaces captan la atención del target pero pueden parecer atroces y algunos los pueden considerar como arriesgados.
Mientras que los tonos apagados y suaves reflejan sofisticación pero pueden pasar inadvertidos. Cada color y tonalidad tiene una implicación en la marca que debe matizar el mensaje.
Por ejemplo:
- El color rojo implica energía, es sexy y audaz.
- El verde es orgánico y refleja crecimiento.
- El naranja es creativo y amable, usado para representar la juventud.
- El amarillo significa optimismo y provee de luz.
- El rosa es para marcas divertidas y coquetas.
- El púrpura refleja espiritualidad, es un logo evocador.
- El azul es un color profesional, que da sensación de tranquilidad y confianza.
- El marrón es para identificar lo rural, la historia y la constancia.
- El blanco es simple y limpio, da la sensación de pureza.
- El negro es potente, firme, elegante y genera credibilidad.
Que pueda ser evaluado en el mercado
Una de las formas de saber si el logo que se ha diseñado es el correcto, es con un estudio de mercado. Esto se puede hacer a través de Internet y con el uso de redes sociales al preguntar a los usuarios qué les parece la imagen, si les atrae, lo entienden y si lo relacionan con la marca.
El propósito es que el público se identifique con el producto o servicio que presta y pueda entender el logo. Hacerlo parte de la creación, es una estrategia que ayuda a mejorarlo en caso de ser necesario y a posicionarlo después de que esté perfecto.
De esta forma, se obtiene una retroalimentación directamente del target, que son los principales usuarios del logotipo.
Diseñar un logotipo es toda una ciencia, es una combinación de elementos que deben presentarse de forma equilibrada, sencilla y muy particular según la funcionalidad de la marca. Debe ser interesante, con un toque diferente, con líneas precisas, que transmita la filosofía corporativa y con un significado que consiga la atención del público.
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